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DECÁLOGO DE LOS SALVAJES MANSOS

  DÉCALOGO DE LOS SALVAJES MANSOS Para Thiago, creces en movimiento I Naciste escurridizo como un mosquito impertinente en una noche cálida de verano. Tuyas son las picaduras imprevistas y el sonido irritante.  Tuyo el planear de incógnito.  II Tuyo será el cuelgue de los primates.  Cuando en el amanecer las luces de la metrópolis se apaguen despertará tu selva interior y te golpearás enérgicamente el pecho, con ambas manos, a modo de tambor.  III Te criarás arropado por lobos.  Nunca te lo dirán, son parcos y silentes. Nunca te lo dirán, van de duros y solitarios. Nunca te lo dicen, no lo dicen, pero jamás te van a abandonar.  IV Libarás por mor del néctar, pequeña abeja.  De los pétalos, pequeña abeja, por amor.  V Eres el león persiguiendo a la gacela, pero recuerda: También eres la gacela.  Aprende, en cualquier caso, a correr.  VI Un pesado cuerpo cae en medio de la sabana y un coro lo vela; con gestos de incredulidad e impotencia el grupo agacha la cabeza frente al cuerpo inerte

OTRAS NOCHES

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  Título: “Otra noche de mierda en esta puta ciudad” Autor: Nick Flynn (Título original: “Another Bullshit Night in Suck City” , 2004) 312 páginas Edita Anagrama Traduce Benito Gómez Ibáñez El título de estas memorias nos pone sobre aviso. Estamos ante un libro donde el desencanto es inevitable y el exabrupto un bálsamo . Nick Flynn (Scituate, Massachusetts, 1960) convierte el material autobiográfico en literatura que evoca a los grandes autores del realismo sucio americano. Siguiendo por lo general un orden cronológico cuenta dos historias, la suya propia y la de su padre, un padre ausente gran parte de su infancia y adolescencia y del que apenas recuerda nada: “ (1960-1970) Gateo hacia el rostro de mi padre, tendido en el césped junto a un tapacubos blanco -una instantánea, algo tangible-, prueba de que en algún momento, al menos una vez, fui un niño en sus brazos. El padre como barco, como nave, manteniendo el hijo a flote. Pero también había un padre paralelo: el borrach

LOS PREMIOS

Nos tiene miedo. Fijo que nos tiene miedo, te lo juro. Soy pequeño, según mi tío un mocoso, pero a mí no me la cuela. Le huelo el pánico a kilómetros, con k de kilo. Se frota las manos constantemente, con nervios. A veces se pone una crema en las manos, será para que resbalen mejor, para pillar velocidad. Es nueva, es su primer año de ser profe, me lo dijo mi madre. También me dijo que nos portáramos bien con ella. Qué quieres que te diga, a mí lo de portarme bien no me convence mucho si no me van dando premios, como a los perrillos. Cada día le damos la tabarra. Nos intenta explicar cosas por ejemplo de matemáticas, algunas bastante difíciles o eso creo, tampoco es que le prestemos mucha atención la verdad. Nos ponemos mejor al cachondeo y a lanzarnos cosas, te lo juro. A veces utilizamos el boli como pistola porque se puede apuntar bien soplando por la punta, y hubo un día en que me dio por apuntarle a ella. Sin pensarlo mucho me pareció buena idea y le acerté enseguida. Se giró mu