DECÁLOGO DE LOS SALVAJES MANSOS

 DÉCALOGO DE LOS SALVAJES MANSOS

Para Thiago,

creces en movimiento

I

Naciste escurridizo como un mosquito impertinente en una noche cálida de verano. Tuyas son las picaduras imprevistas y el sonido irritante. 

Tuyo el planear de incógnito. 

II

Tuyo será el cuelgue de los primates. 

Cuando en el amanecer las luces de la metrópolis se apaguen despertará tu selva interior y te golpearás enérgicamente el pecho, con ambas manos, a modo de tambor. 

III

Te criarás arropado por lobos. 

Nunca te lo dirán, son parcos y silentes. Nunca te lo dirán, van de duros y solitarios.

Nunca te lo dicen, no lo dicen, pero jamás te van a abandonar. 

IV

Libarás por mor del néctar, pequeña abeja. 

De los pétalos, pequeña abeja, por amor. 

V

Eres el león persiguiendo a la gacela, pero recuerda:

También eres la gacela. 

Aprende, en cualquier caso, a correr. 

VI

Un pesado cuerpo cae en medio de la sabana y un coro lo vela; con gestos de incredulidad e impotencia el grupo agacha la cabeza frente al cuerpo inerte y lo zarandea esperando respuesta. 

Los cazadores furtivos -te percatas- se dejaron lo más valioso del elefante: le usurparon los colmillos, la fraternidad fue imposible llevársela. 

VII

Serás la tortuga que ningún Aquiles podrá alcanzar. 

Tu caparazón serán las matemáticas, el saber que la distancia es infinitamente divisible. 

VIII

Como un tiburón en un acuario te adaptas a lo que tienes, observas tu reflejo terrible y bello en un cristal, comes apenas sin hambre y sin esfuerzo, nadas en círculos, matas el tiempo pero te juras: 

"Mi horizonte será el mar"

IX

Trotarás indómito sobre la grupa de un caballo sin caballos, sin mecánico elemento. Así, a lo salvaje descapotable. 

X

El rastro que vas dejando hoy serán las huellas futuras de un animal extinguido. 

Te llamarán prehistórico sin comprender el presente esplendoroso que contuvieron esos fósiles. 

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